martes, 1 de junio de 2010

MODISMO

El termino modismo, en su noción etimológica, proviene de la palabra Moda e ismo (práctica).

Un modismo es un hábito, un lugar común, una costumbre lingüística que, como todo hábito, tiene la función de ahorrar energía. Como el hombre es un ser de hábitos, entonces resulta que los modismos están presentes en todas las lenguas y en el habla de todas las personas.

Hay ocasiones en que un modismo se confunde con un refrán; sin embargo en muchos casos sí es posible diferenciarlos claramente a través de tres aspectos:

  1. El refrán tiene un sentido pedagógico. Tiende a educar. Por ejemplo: A quien madruga Dios le ayuda. Este refrán nos dice que deberíamos ser madrugadores, diligentes, activos para alcanzar algunos beneficios. Zapatero, a tus zapatos. Este nos dice que las personas deben hacer aquello para lo que están preparadas.
  2. El refrán suele tener rima. Esto se debe a que la rima refuerza el aprendizaje, la memorización y el recuerdo. Por ejemplo: Juego de manos, juego de villanos.
  3. El refrán no suele conjugarse, mientras que el modismo sí. Por ejemplo: No veo tres en un burro; no ves tres en un burro...

Un modismo, en cambio, no educa, no tiene esa intención. Describe una situación, un rasgo de personalidad y nada más. Por ejemplo: Ser un puerco o comer más que un remordimiento. Un modismo puede ser una frase o una palabra sola.

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